Los contextos políticos, las situaciones bélicas y últimamente, la pandemia del Covid han planteado nuevos escenarios y hojas de ruta para conmemorar y reflexionar sobre el Día Internacional del Migrante que se conmemora el 18 de diciembre de cada año.
Este día nos invita a todas y todos a detenernos y reflexionar sobre la realidad de migración y el nuevo contexto donde las/os migrantes hacen su vida. Asimismo, arroja la luz sobre los derechos de las personas migrantes y su integración en las sociedades de acogida.
Los informes de las Naciones Unidas señalan que las personas migrantes representan la comunidad más vulnerable y propensa a sufrir situaciones de explotación y abuso, siendo las personas trabajadoras migrantes las que más condiciones laborales pobres viven. Sobre este punto, en 1990, las Naciones Unidas adoptaron la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares. Esta convención hace de cierto modo, un llamamiento para respetar a las personas trabajadoras migrantes como personas con nombre, sentimientos y dignidad que, con la migración llevan consigo historias, responsabilidades y aspiraciones.
Rara vez nos preguntamos: ¿a qué condiciones de trabajo y de vida se enfrentan? ¿Están recibiendo los salarios que les prometieron a tiempo? ¿Se respeta su privacidad? ¿Con qué frecuencia ven a su familia? ¿Pueden renunciar por su propia voluntad si no están contentos con su trabajo y a qué coste? ¿Pueden denunciar si han sido maltratados? ¿Cuáles son los métodos de compensación existentes en los países de destino?
Sin embargo, queda el racismo y la discriminación las formas de marginación que más afectan a estas personas, especialmente, en el espacio virtual que viene experimentando una incesable vorágine de cultura de desinformación, difamación y bulos, sobre todo con el confinamiento que supuso un alto uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y la cultura de la desinformación.
El sábado 17 de diciembre de este año, alrededor de unas 200 asociaciones y organizaciones no gubernamentales organizarán una marcha en Cherburgo (noroeste de Francia) pidiendo una mejora en las condiciones de vida de los migrantes, y apuntando a la política europea en temas de inmigración y asilo. Asimismo, se recordará a las 27 personas migrantes fallecidas en el Canal de la Mancha mientras intentaban llegar a Reino Unido.
Este día debe ser una jornada para reflexionar sobre el gran rol de las personas migrantes en el mercado laboral y el crecimiento económico. Asimismo, el bienestar de la sociedad es igual de importante tanto para sus países de origen como de acogida. Gracias a la migración, muchas familias y generaciones que viven en países con dificultades económicas, pueden tener una vida digna gracias a las remesas que sus familiares migrantes envían. También, gracias a la migración podemos hablar de sociedades interculturales y ricas cultural y artísticamente.
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